Debates y combates del feminismo latinoamericano | Nueva Sociedad

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Debates y combates del feminismo latinoamericano | Nueva Sociedad

Debates y combates del feminismo latinoamericano | Nueva SociedadInforme sobre el crecimiento político del movimiento feminista latinoamericano

Informe sobre el crecimiento político del movimiento feminista latinoamericano

Introducción

El crecimiento político del movimiento feminista latinoamericano es indudable. La amplitud de sus luchas, su capacidad de articulación con los movimientos de diversidad, la potencia de sus manifestaciones y de sus demandas han constituido, durante la última década, una de las características más notables del mapa regional. Pese a que, en algunos países, el movimiento de mujeres ha vivido un reverdecer más importante que en otros, el feminismo se ha constituido como un claro actor político regional, hecho que ha quedado evidenciado en la transnacionalización de sus luchas y en las diversas articulaciones que lo han caracterizado en la región. Su impulso, que provino inicialmente de los movimientos que se manifestaron contra el crecimiento de la violencia de género y en favor de la ampliación de los derechos sexuales y reproductivos, ha adquirido tal magnitud que hechos que otrora parecían imposibles ya son hoy parte de una realidad cotidiana. La conversación pública sobre asuntos de género, los debates en torno del aborto, las nuevas perspectivas jurídicas relativas a los derechos de las mujeres ya no constituyen un hecho aislado y circunscripto a los movimientos feministas, sino que se han convertido en parte de debates públicos que han excedido a las propias organizaciones. Si América Latina no es, todavía, feminista, es claro que el feminismo ha atravesado a toda la región.

Situación actual y reacción conservadora

Pese al nuevo impulso del feminismo, la situación actual dista de ser alentadora. A los numerosos avances producidos en diversos países en materia de género les ha seguido una reacción de contornos conservadores. Esta reacción, que se expresa a escala global, ha tenido en América Latina un efecto particularmente crítico, en tanto las legislaciones progresivas conquistadas por el movimiento se sustentan en acuerdos que son, todavía, muy endebles. Los feminismos latinoamericanos se enfrentan, así, a un contexto caracterizado por el rearme patriarcal y la reacción autoritaria. La pregunta es en qué medida la agenda feminista, centrada en la lucha contra la violencia de género, en favor de los cupos laborales, en la búsqueda de la igualdad social y económica, y en la sanción de derechos sexuales y reproductivos, puede constituirse hoy como un agente clave que desafíe a las derechas radicales.

El movimiento “Ni Una Menos”

El movimiento “Ni Una Menos” nació en Argentina y tuvo su primera manifestación pública el 3 de junio de 2015. Fundamentado en la necesidad de visibilizar los femicidios y poner en evidencia la violencia de género, el movimiento se originó tras el asesinato de una adolescente de 14 años por parte de su novio. Ante la conmoción, más de 300.000 mujeres salieron a las calles en toda Argentina al grito de “basta a los femicidios”, en un fenómeno que, sin frenos, se expandió rápidamente por toda la región. La imponente toma de las calles por parte del movimiento de mujeres adquirió rápida visibilidad en Uruguay –donde se produjo una manifestación el mismo día–, pero también en México –donde la primera manifestación “Ni Una Menos” se realizó el 5 de junio– y Ecuador –donde las mujeres marcharon el 30 de julio–. Al año siguiente, le siguieron, con similar ímpetu, manifestaciones en Bolivia, Colombia, Venezuela, Nicaragua y Chile. “Ni Una Menos” se estructuraba, así, como un colectivo de mujeres a escala regional. Fue justamente esa escala la que le permitió exigir, en cada una de las naciones, el cumplimiento de las iniciativas decididas en la Convención de Belem do Pará (1995) en defensa de la vida de las mujeres en el terreno físico, psicológico y sexual.

El Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans (#8M)

La realización del Primer Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans el 8 de marzo de 2017 marcó un nuevo hito del feminismo en la región. El hecho de que esta movilización global tuviese antecedente el paro realizado el año anterior en Argentina, mostraba a las claras que el continente estaba convirtiéndose en la fuerza dinamizadora del movimiento de mujeres y disidencias. La huelga, que se organizó internacionalmente a través de asambleas de base y de reuniones preparatorias grupales de distintos movimientos feministas y LGTBI+, pretendía visibilizar el trabajo de las mujeres, evidenciando al mismo tiempo la importancia de las tareas de cuidado. En tal sentido, las demandas convocantes fueron las que, históricamente, han congregado a los movimientos feministas: la lucha contra la brecha salarial, la visibilización del trabajo doméstico no remunerado, la crítica de la división sexual del trabajo, y la necesidad de contar con cupo laboral para travestis y trans.

Conquistas y desafíos

Las luchas y conquistas del feminismo durante la última década han permitido entender las razones por las que estos movimientos se han convertido en un objetivo y en un blanco de las nuevas derechas, y nos permiten, al mismo tiempo, revalorizar sus experiencias, pensar sus falencias y proyectar sus posibilidades. A pesar de la reacción conservadora, es importante destacar los avances logrados en materia legislativa, como la legalización del aborto en Argentina y otros países de

1. Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordados en el artículo:

  • Objetivo 5: Igualdad de género
  • Objetivo 10: Reducción de las desigualdades
  • Objetivo 16: Paz, justicia e instituciones sólidas

2. Metas específicas de los ODS identificadas en el artículo:

  • Meta 5.1: Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas.
  • Meta 5.2: Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y niñas en los ámbitos público y privado.
  • Meta 5.4: Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado mediante la provisión de servicios públicos, la infraestructura y la política de conciliación.
  • Meta 10.2: Empoderar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición.
  • Meta 16.7: Garantizar el acceso universal a la justicia para todos los ciudadanos.

3. Indicadores de los ODS mencionados o implícitos en el artículo:

  • Indicador 5.1.1: Proporción de mujeres y niñas víctimas de violencia física o sexual en los últimos 12 meses.
  • Indicador 5.2.1: Proporción de mujeres casadas o en una unión informal que han experimentado violencia física, sexual o psicológica por parte de su pareja actual en los últimos 12 meses.
  • Indicador 5.4.1: Porcentaje del tiempo dedicado por mujeres y hombres, de 15 a 64 años, al trabajo doméstico no remunerado.
  • Indicador 10.2.1: Proporción de personas que viven por debajo del umbral nacional de pobreza, desagregadas por sexo, edad, situación laboral y ubicación geográfica.
  • Indicador 16.7.1: Proporción de personas que experimentaron una o más formas de corrupción en el último año.

4. Tabla de ODS, metas e indicadores:

ODS Metas Indicadores
Objetivo 5: Igualdad de género – Meta 5.1: Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas.
– Meta 5.2: Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y niñas en los ámbitos público y privado.
– Meta 5.4: Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado mediante la provisión de servicios públicos, la infraestructura y la política de conciliación.
– Indicador 5.1.1: Proporción de mujeres y niñas víctimas de violencia física o sexual en los últimos 12 meses.
– Indicador 5.2.1: Proporción de mujeres casadas o en una unión informal que han experimentado violencia física, sexual o psicológica por parte de su pareja actual en los últimos 12 meses.
– Indicador 5.4.1: Porcentaje del tiempo dedicado por mujeres y hombres, de 15 a 64 años, al trabajo doméstico no remunerado.
Objetivo 10: Reducción de las desigualdades – Meta 10.2: Empoderar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición. – Indicador 10.2.1: Proporción de personas que viven por debajo del umbral nacional de pobreza, desagregadas por sexo, edad, situación laboral y ubicación geográfica.
Objetivo 16: Paz, justicia e instituciones sólidas – Meta 16.7: Garantizar el acceso universal a la justicia para todos los ciudadanos. – Indicador 16.7.1: Proporción de personas que experimentaron una o más formas de corrupción en el último año.

¡Atención! Este espléndido artículo nace de la fuente del conocimiento, moldeado por una maravillosa tecnología patentada de inteligencia artificial que profundizó en un vasto océano de datos, iluminando el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recuerda que todos los derechos están reservados por SDG Investors LLC, lo que nos permite defender el progreso juntos.

Fuente: nuso.org

 

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