Alex Pereira, el campeón que trabajó desde los 12 años y luchó con el alcoholismo
Alex Pereira, el campeón que trabajó desde los 12 años y luchó con el alcoholismo AS
Alex Pereira: Un guerrero que supera la adversidad
Alex Pereira es un guerrero, se le ve en la cara. El brasileño, de origen indígena amazónico, es el campeón del peso semipesado, su segundo cinturón en un segundo peso, y lo defenderá ante el exmonarca Jamahal Hill en la pelea estelar del UFC 300 de la madrugada del sábado al domingo (04:00, App de Eurosport). Poatan tuvo problemas con la bebida desde muy joven y las MMA le ayudaron a salir de ese pozo.
Una infancia difícil y una lucha contra el alcoholismo
La vida de Pereira, como la de muchos peleadores de la UFC, no fue nada fácil, y más en sus inicios. El brasileño, nacido en Sao Paulo, tuvo una niñez y una adolescencia muy duras. A los 12 años, dejó la escuela para trabajar en una tienda de neumáticos y realizar servicios mecánicos, donde trabajaba 12 horas diarias. Poatan era el más joven de la plantilla y sus compañeros, mucho mayores que él, tomaban cachaca helada, un ron brasileño elaborado con caña de azúcar, para hacer más amenas las jornadas laborales.
De esta forma, Pereira empezó a beber a una edad muy temprana y rápido se convirtió en una adicción. “Cuando tenía aproximadamente 16 años, bebía alrededor de un litro diario de ron en el trabajo, generalmente con algunas cervezas mezcladas también. Yo era un alcohólico, un alcohólico en toda regla. Ese era simplemente el estilo de vida de trabajar en ese lugar. No sabía nada diferente que tomar”, contó el brasileño en una entrevista a su compatriota Fabrício Werdum.
El deporte como vía de escape
Para salir de ese pozo, Poatan se volcó en el deporte como vía de escape. Se apuntó a un gimnasio de kickboxing que le llevó por el buen camino. No solo aprendió este arte marcial, sino que también se reencontró con sus raíces, su familia eran nativos indígenas brasileños, y puso en práctica sus tradiciones. Su entrenador Belocqua Wera le puso de apodo Poatan, que significa ‘manos de piedra’. El brasileño se hizo peleador profesional y se unió a Glory Kickboxing, promotora en la que fue campeón del mundo del peso medio en 2017, siendo uno de los monarcas favoritos y más dominantes. Durante su etapa en esta arte marcial, coincidió en dos ocasiones con Israel Adesanya, venciendo al neozelandés de origen nigeriano en ambas. En 2019, se convirtió en el primer campeón de la compañía en tener dos cinturones en diferentes divisiones a la vez (medio y semipesado).
El camino hacia la UFC
Con 33 años (ahora tiene 36), debutó en la UFC. Encadenó tres triunfos consecutivos, uno de ellos ante Sean Strickland, hasta que tuvo su oportunidad titular, que no podía ser contra otro que no fuese Adesanya. El nigeriano era uno de los monarcas más consolidados de la compañía y había realizado un gran número de defensas exitosas. Parecía invencible, hasta que llegó su bestia negra. Pereira le arrebató el cinturón por TKO en el quinto asalto, consiguiendo ser campeón en su cuarta pelea contra un peleador mucho más experimentado en MMA que él. Pero la alegría no duró mucho, ya que, cinco meses después, el brasileño perdió el título por TKO en el segundo round en una revancha.
Un campeón en dos divisiones
Después de la derrota, decidió subir al peso semipesado. En su primer combate, se impuso por decisión dividida al excampeón Jan Blachowicz y, en la siguiente pelea, ya consiguió su segunda corona. En menos de tres años, ya ha sido monarca en dos divisiones. Ganó por un controvertido TKO al también excampeón Jiri Prochazka. Y los retos de Poatan no terminan todavía. Encabezará el UFC 300, el evento histórico de la compañía, en la primera defensa de su cinturón con Jamahal Hill. El estadounidense era el monarca del semipesado, pero tuvo que dejar vacante el cinturón porque se rompió el tendón de Aquiles. Una carrera meteórica que empezó desde lo más bajo.