La agricultura como motor del desarrollo

La agricultura como motor del desarrollo  Jujuy al Momento

La agricultura como motor del desarrollo

La agricultura como motor del desarrollo

La agricultura como motor del desarrollo económico

En los países subdesarrollados y en vías de desarrollo, la presión demográfica y su constante crecimiento generan una demanda insaciable de alimentos. La capacidad del sector agrícola para satisfacer esta creciente exigencia se convierte en un factor determinante para el desarrollo económico. Un desfase en esta ecuación no solo amenaza la seguridad alimentaria, sino que también proyecta sombras sobre la tasa de crecimiento económico.

El sector rural, como proveedor fundamental de alimentos, se encuentra frente a la tarea de superar sus propias necesidades. No solo debe abastecer los niveles de consumo crecientes, sino que también cumple un papel crucial al proporcionar insumos para la población urbana. La expansión del sector industrial y de servicios depende directamente de la capacidad del sector agrícola para generar excedentes comercializables.

El crecimiento de la industria y los servicios requiere una fuerza laboral nutrida y un suministro constante de materias primas. La producción agrícola, por lo tanto, no solo alimenta a la población, sino que también se convierte en el motor que impulsa el desarrollo económico. A medida que los sectores no agrícolas se expanden, la productividad y la producción agrícola deben aumentar para sostener una fuerza laboral en crecimiento y satisfacer la creciente demanda de insumos.

En este entrelazado entre el campo y la ciudad, la relación simbiótica entre la agricultura y el desarrollo económico se manifiesta claramente. La garantía de un suministro alimenticio adecuado no solo responde a las necesidades básicas de la población, sino que también impulsa el progreso de los sectores que definen la dinámica económica. Es en este equilibrio delicado que reside la clave para una prosperidad sostenible y un futuro alimentario seguro.

La agricultura, por lo tanto, se revela como el cimiento sobre el cual se construye el edificio del desarrollo económico. Su impacto va más allá de la cosecha de hoy; es la semilla que siembra el crecimiento sostenible y la seguridad alimentaria para las generaciones venideras.

En este contexto, reconocer y fortalecer el papel vital de la agricultura se convierte en una imperiosa necesidad para construir un mañana próspero y alimentado.

Esta verdad trasciende las fronteras de desarrollo, resonando de manera crucial tanto en países subdesarrollados como en los más avanzados. La agricultura no solo sacia el hambre de la población, sino que se convierte en un catalizador vital para la prosperidad ciudadana y el florecimiento de la industria y la economía de una nación.

En la simplicidad de una espiga de trigo se entreteje un complejo entramado de impacto económico y social. Desde los campos cultivados, esta espiga no solo alimenta a los agricultores, proporcionándoles nutrición y fuentes de ingresos, sino que también es un eslabón en la cadena que llega a la fábrica de harina. En este proceso, la espiga se transforma en alimento para los empleados de la fábrica, generando ingresos y empleo, y contribuyendo al enriquecimiento general del país al crear valor añadido.

Este ciclo no es exclusivo del trigo; se replica en innumerables productos generados por el sector agrícola que se convierten en la materia prima fundamental para diversas industrias. Un sector agrícola robusto y desarrollado no solo nutre regularmente a la población, sino que también garantiza empleo a sus habitantes y provee a las industrias de los insumos necesarios para su crecimiento.

En muchos países, tanto en vías de desarrollo como desarrollados, se reconocen y respaldan estas contribuciones vitales mediante la concesión de subsidios al sector agrícola. Estos subsidios no solo actúan como un sostén para los productores que trabajan incansablemente en este sector, sino que también aseguran una producción agrícola regular y sostenible.

Al garantizar la estabilidad y el desarrollo del sector agrícola, se construye un cimiento sólido para el bienestar de la sociedad en su conjunto. La nutrición regular y la seguridad alimentaria se entrelazan con la seguridad laboral, el crecimiento industrial y, en última instancia, el florecimiento económico del país.

En este sentido, el apoyo continuo al sector agrícola no solo es una inversión en la tierra y la cosecha, sino en la salud de los ciudadanos, la estabilidad laboral y el desarrollo económico duradero. Al reconocer la complejidad y la vitalidad de este ciclo interconectado, trascendemos la percepción limitada de la agricultura como una actividad primaria; la elevamos al estatus de motor fundamental para el progreso y la prosperidad de toda una nación.

El Decenio de la Agricultura Familiar

Cuando dirigimos nuestra mirada hacia la tarea monumental de alimentar a nuestro planeta, no hay héroes más dignos de reconocimiento que los agricultores familiares. Estos guardianes incansables no solo son responsables de producir la mayor parte de los alimentos que consumimos, sino que también nos proveen con alimentos que nutren no solo nuestros cuerpos, sino también nuestra salud y bienestar.

El surgimiento de este Decenio de la Agricultura Familiar representa la culminación de años de esfuerzos tenaces. Ha sido un viaje complejo, con avances, desafíos y contratiempos, hasta que finalmente, se dio un gran paso adelante.

El Año Internacional de la Agricultura Familiar, lanzado en 2014, marcó el inicio, seguido por el lanzamiento del Decenio con el propósito de catalizar acciones concretas para respald

1. Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordados en el artículo:

  • Objetivo 2: Hambre cero
  • Objetivo 8: Trabajo decente y crecimiento económico
  • Objetivo 12: Producción y consumo responsables
  • Objetivo 13: Acción por el clima
  • Objetivo 15: Vida de ecosistemas terrestres

2. Metas específicas de los ODS identificadas en el artículo:

  • Meta 2.1: Para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a una alimentación nutritiva, suficiente y sostenible durante todo el año.
  • Meta 8.2: Lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación, entre otros medios.
  • Meta 12.3: Reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la producción y los sistemas de consumo, incluidas las pérdidas poscosecha.
  • Meta 13.3: Mejorar la educación, la sensibilización y las capacidades humanas e institucionales respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.
  • Meta 15.1: Para 2020, asegurar la conservación, la restauración y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua y sus servicios, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas, en consonancia con las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos internacionales.

3. Indicadores de los ODS mencionados o implícitos en el artículo:

  • Indicador 2.1.1: Prevalencia de la subalimentación (porcentaje de la población)
  • Indicador 8.2.1: Crecimiento económico per cápita anual
  • Indicador 12.3.1: Nivel de desperdicio de alimentos per cápita
  • Indicador 13.3.1: Número de países que han integrado medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en sus políticas, estrategias y planes nacionales
  • Indicador 15.1.1: Superficie forestal como porcentaje de la superficie terrestre

4. Tabla de ODS, metas e indicadores:

ODS Metas Indicadores
Objetivo 2: Hambre cero Meta 2.1: Para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a una alimentación nutritiva, suficiente y sostenible durante todo el año. Indicador 2.1.1: Prevalencia de la subalimentación (porcentaje de la población)
Objetivo 8: Trabajo decente y crecimiento económico Meta 8.2: Lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación, entre otros medios. Indicador 8.2.1: Crecimiento económico per cápita anual
Objetivo 12: Producción y consumo responsables Meta 12.3: Reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la producción y los sistemas de consumo, incluidas las pérdidas poscosecha. Indicador 12.3.1: Nivel de desperdicio de alimentos per cápita
Objetivo 13: Acción por el clima Meta 13.3: Mejorar la educación, la sensibilización y las capacidades humanas e institucionales respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana. Indicador 13.3.1: Número de países que han integrado medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en sus políticas, estrategias y planes nacionales
Objetivo 15: Vida de ecosistemas terrestres Meta 15.1: Para 2020, asegurar la conservación, la restauración y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua y sus servicios, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas, en consonancia con las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos internacionales. Indicador 15.1.1: Superficie forestal como porcentaje de la superficie terrestre

¡Atención! Este espléndido artículo nace de la fuente del conocimiento, moldeado por una maravillosa tecnología patentada de inteligencia artificial que profundizó en un vasto océano de datos, iluminando el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recuerda que todos los derechos están reservados por SDG Investors LLC, lo que nos permite defender el progreso juntos.

Fuente: jujuyalmomento.com

 

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