ACCIÓN POR EL CLIMA, UNA ADVERTENCIA A UNA CRISIS GLOBAL

Desde la década de los 60, organizaciones como la ONU han tenido en cuenta en sus objetivos las acciones climáticas y las consecuencias que se podrían generar si no se reduce las emisiones de carbono lanzadas a la atmósfera por parte de todos los países del mundo y sobre todo por aquellos denominados primermundistas, ahora bien, hoy día en el 2023 se ha llegado a una alerta climática, que se pensó, podría preverse desde hace años si se tomaban las medidas correspondientes, pero al parecer a los países no les pareció tan necesario tenerlo en cuenta y ahora aquellos que menos protagonizan esta destrucción del planeta  son los que más se ven afectados dada su escasez de recursos, que además, no solo tienen que afrontar estas problemáticas climáticas sino muchas otras como la salud, la desigualdad, o inflación.

Hoy día, aquellas naciones con más producción económica se pronuncian con donaciones millonarias para abastecer países de tercer mundo que se ven alterados, esto con el fin de compensar la huella de carbono que han dejado, otros solamente se pronuncian con discursos absurdos quejándose por los daños que reciben cuando son los que menos aportan a la causa pero ¿de qué sirve pagar y quejarse por los daños causados si no se detiene la contaminación inminente?, en poco llegaremos al punto de no retorno el cual se dice que es la extinción completa de la humanidad. 

Parece fácil tomar una acción por el clima, pero en realidad no es tan sencillo, los factores que más aportan contaminación a la atmósfera es el sector de la energía a la par con el petróleo y sus derivados aportan más de ⅓ de las emisiones que afectan al planeta, seguido por otros como la construcción y la moda; muchos países dependen su economía de estos sectores, por eso no es tan sencillo tomar estas decisiones de solo dejarlos a un lado, sin embargo, la ONU ha firmado acuerdos como el protocolo de Kioto, el acuerdo de París y el Pacto Mundial el cual permite que las empresas tomen acciones sostenibles que mitiguen los impactos de sus productos, aunque son mecanismos, que en parte disminuyen las afectaciones globales, no es suficiente su aporte, es más el vertimiento de CO2, que la disminución que aportan y esto sucede porque son más las empresas que no poseen mecanismos sostenibles, que las que sí.

Las generaciones que hacen parte del presente se han encargado de destruir el hogar para futuras vidas y son menos los que le importan que los que sí, cada persona hace parte del daño al planeta y aunque se crea que no tiene que ver con cada uno, los actos que llevamos cotidianamente, es solo una mínima parte de aportación a la destrucción del planeta, muchos países se han sumado a la concientización de las personas para que cada uno aporte un granito de arena, pero por más que sean las charlas, se sigue viendo que son más las personas a las que no es importa o solo se hacen los indiferentes, esto es algo grave, ya que si no se empieza desde los hogares por cada persona, ¿cómo quiere llegarse a cambiar una ciudad o una nación?. 

Solo queda adaptarse al cambio, en muchos lugares ya se ven las problemáticas, huracanes, terremotos, desastres naturales, incendios, inundaciones y muchas pérdidas de vidas. Esto son consecuencias que se viven cuando el planeta está enfermo a causa de la plaga que es la raza humana y sin mencionar el calentamiento del planeta, que derrite los glaciares provocando un aumento desenfrenado en las temperaturas terrestres.

Basta con ver lo que está pasando y pensar si como persona estoy haciendo algo al respecto para aportar al cambio, si cada uno puede cambiar su mentalidad y hacer algo al respecto, ayudaría a que no fuera tan abundante la afectación al planeta, esto nos afecta a todos como personas, como huéspedes de la tierra y como seres conscientes capaces de idear estrategias para hacer algo al respecto.