EL PARADIGMA SOBRE LA DISGREGACIÓN DE LA EDUCACIÓN
El artículo es una reflexión sobre la realidad del modelo educativo en países en vía de desarrollo, en este caso Colombia y cómo se ve reflejada esa desigualdad de condiciones respecto al estado socioeconómico de los individuos debido a una problemática que asecha a la población mundial.
EL PARADIGMA SOBRE LA DISGREGACIÓN DE LA EDUCACIÓN
Jorge Andrés Burgos Velásquez
Estudiante de Gobierno y Relaciones Internacionales
Universidad La Gran Colombia
Armenia, Quindío, Colombia
RESUMEN
El artículo es una reflexión sobre la realidad del modelo educativo en países en vía de desarrollo, en este caso Colombia y cómo se ve reflejada esa desigualdad de condiciones respecto al estado socioeconómico de los individuos debido a una problemática que asecha a la población mundial.
PALABRAS CLAVES
Educación, desigualdad, vida Digna, Universidad La Gran Colombia Armenia
Los objetivos de desarrollo sostenible nos plantean diversos aspectos que debemos mejorar y enfocarnos para lograr un impacto positivo en el presente y el futuro, sin comprometer posteriormente el bienestar y beneficio de las próximas generaciones. Sin embargo, entre estos 17 objetivos, es de mi correspondencia abarcar, profundizar y problematizar el planteamiento del objetivo número 4 para el desarrollo sostenible. Es menester mencionar que el objetivo 4 establece y propone garantías para la obtención de una educación de calidad, equitativa e inclusiva; donde se fomente al aprendizaje sin importar las condiciones sociales. Para ello, debemos comprender que el concepto “educación” entendido como un factor fundamental para el desarrollo del ser humano perteneciente de una sociedad o grupo de personas, encuentra gran relevancia en cuanto a que está inherentemente relacionado con el término “vida digna”.
En mi país Colombia, por ejemplo, en su normativa constitucional se denomina como un Estado Social de Derecho, donde cada ciudadano posee una cantidad de derechos los cuales está sujeto a exigir y velar por los mismos. Entre ellos, se encuentra el derecho a la vida digna. Y para llegar a tener una vida digna, cada persona debe ser acreedora de una serie de aspectos que determinen su ejercicio en la cotidianidad. Entre dichos aspectos, encontramos el factor educativo, donde probablemente exista un gran número de personas que tienen acceso a la misma. Por un lado, las personas con mayor capacidad adquisitiva ejercen en instituciones privadas, otras con menores capacidades acceden a la educación pública y otras, por distintos factores, se les convierte en una problemática el acceso a la educación; es decir, no tienen acceso a ningún tipo de institución para su formación.
Es por ello que, acá es donde nos preguntamos: ¿Realmente podemos hablar de vida digna, cuando los factores que la componen, se distribuyen inequitativamente entre los individuos? O mejor aún, ¿Existe algún organismo de control que vigile el proceso educativo de todas aquellas personas que poseen más dificultades para el acceso a la educación? ¿Por qué incluso el acceso a la educación y su calidad dependen de la capacidad económica de las familias? ¿Desde cuándo la calidad educativa se convierte en un privilegio para unos cuantos y no en un derecho que pueda ejercer cualquier individuo? Estas entre muchas otras cuestiones nos hacen reflexionar respecto a la formación que recibimos.
Desde mi perspectiva, considero que poseemos como humanidad un sinfín de problemáticas a tomar en cuenta para hablar de la crisis educativa. Ineficiencia gubernamental, mentalidad, condiciones socioeconómicas, contexto geográfico, etc. Sin embargo, me gustaría profundizar en una problemática mundial que está inherentemente relacionada con la calidad y el acceso a la educación; la desigualdad. Y es que claro, cada una de las problemáticas previamente mencionadas, están de una u otra manera involucrada a la desigualdad mundial. Es así como la ineficiencia gubernamental se debe a la concentración de riqueza en una clase social y posteriormente la corrupción. Consecuencia de ello, se crea una mentalidad de pobreza intelectual y desesperanza en la población más afectada, lo que conlleva al desistimiento a la educación y a optar por otras medidas. En este punto ya se refleja una fragmentación social, donde las personas con menos recursos obtienen educación de baja calidad y/o trabajo pesado, mientras que otro conjunto de personas con mejores condiciones socioeconómicas acceden a educación privada de considerable mejor calidad, preparándose para ser los próximos profesionales de una nación desigual. Por último, estas condiciones dependen del contexto geográfico en las que sean abarcadas. Hablamos de desigualdad cuando entramos a ver las inversiones que hace cada Estado respecto al PIB en materia de Educación. Verbigracia, los países nórdicos como Dinamarca, Islandia y Noruega, que invierten entre el 7,6 y 8% de su PIB para la educación de sus habitantes. Mientras países latinoamericanos como Colombia y México que apenas invierten un 4,5% y 4,9% respectivamente.(1)
1. Montes, A. (2023, marzo 29). ¿Países Que más invierten en educación en El Mundo? IES Rusadir. https://www.iesrusadir.es/estudia/paises-que-mas-invierten-en-educacion-en-el-mundo.html
Después de este contexto, nos cuestionamos de nuevo: ¿Hay esperanzas para hacer que, a largo plazo, estas condiciones de educación precaria mejoren paulatinamente a nivel mundial? Y la respuesta es sí. Por un lado, la CEPAL propone una serie de metas y desafíos a enfrentar para velar por ese desarrollo sostenible a nivel mundial. Desde donde hace unos años han venido trabajando y apoyando las poblaciones más afectadas por esta desigualdad como es el caso del África Subsahariana. Sin embargo, como todo requiere un esfuerzo mayor, cada uno de nosotros puede contribuir a la educación en regiones donde se pueden evidenciar condiciones desfavorecidas. Ejemplo de ello puede ser utilizar las herramientas tecnológicas y fomentar a la educación virtual por medio de recursos educativos en cualquier tema que sean de ayuda para alguien que quiera expandir su conocimiento. Puede ser también ser partícipe de organizaciones de voluntariado para ofrecer tutorías/asesorías sobre un tema en el que se tenga habilidades o un conocimiento más avanzado para apoyar así a la educación en la comunidad. Finalmente, contribuir en la medida de lo posible a la participación de los estudiantes dentro de las instituciones educativas y motivarlos para cambiar el paradigma de “estudiar por obligación” o no saber para que estudiar. El cambio educativo se logra con el compromiso de los docentes, las instituciones educativas, las familias y la sociedad en general.