Estas 6 acciones podrían ayudarle a desperdiciar menos comida en su hogar – nacion.com

Informe sobre Estrategias para la Reducción del Desperdicio de Alimentos en el Marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

Introducción: El Desperdicio Alimentario como Obstáculo para la Agenda 2030

En el año 2022, el mundo desperdició más de mil millones de comidas diarias, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Esta cifra no solo representa una grave ineficiencia económica, sino que constituye una barrera crítica para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El desperdicio alimentario impacta directamente en metas fundamentales:

• ODS 2 (Hambre Cero): Es inaceptable que se desechen alimentos a esta escala mientras millones de personas padecen inseguridad alimentaria.
• ODS 12 (Producción y Consumo Responsables): El desperdicio contraviene el objetivo 12.3, que busca reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita para 2030.
• ODS 13 (Acción por el Clima): La descomposición de alimentos en vertederos genera metano, un potente gas de efecto invernadero, exacerbando el cambio climático.
• ODS 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres): La producción de alimentos que no se consumen implica un uso innecesario de tierra y agua, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad.

Un estudio publicado en Nature Human Behaviour propone un conjunto de estrategias basadas en la ciencia del comportamiento para abordar esta problemática desde el ámbito doméstico, alineando las acciones individuales con los objetivos globales de sostenibilidad.

Estrategias Conductuales para Mitigar el Desperdicio Alimentario

El análisis identifica seis enfoques clave para modificar los hábitos cotidianos y fomentar un consumo consciente, contribuyendo de manera tangible a la Agenda 2030.

1. Visibilidad y Concienciación

   Hacer visible la cantidad de comida que se desecha es el primer paso para cuantificar el problema. La implementación de un recipiente exclusivo para residuos orgánicos en el hogar permite a los individuos y familias tomar conciencia del volumen real del desperdicio. Esta práctica fomenta la responsabilidad individual, un pilar del ODS 12, al transformar un problema abstracto en una realidad medible y personal.

2. Comparación Social y Normas Comunitarias

   El comportamiento humano está influenciado por las normas sociales. Observar y adoptar las buenas prácticas de la comunidad en la gestión de alimentos puede motivar un cambio positivo. Esta estrategia se alinea con el ODS 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles), ya que promueve la creación de patrones de consumo responsables a nivel comunitario, fortaleciendo la resiliencia y la sostenibilidad local.

3. Comprensión y Oportunidad: Gestión Eficiente de Alimentos

   El conocimiento es fundamental para la prevención. Educar sobre la correcta interpretación de las fechas de vencimiento y las técnicas óptimas de conservación de alimentos extiende su vida útil y reduce las pérdidas. Estas acciones son una aplicación directa del ODS 12 y apoyan indirectamente al ODS 2, al maximizar la disponibilidad de alimentos ya producidos.

4. Motivación a través del Impacto Global

   Comprender y comunicar las consecuencias del desperdicio alimentario es un potente motivador. Recordar su impacto en el cambio climático (ODS 13), la seguridad alimentaria (ODS 2) y la economía familiar (ODS 1 – Fin de la Pobreza) puede influir decisivamente en las decisiones de compra y consumo. Fomentar el diálogo sobre estos temas fortalece el compromiso colectivo.

5. Regulación de Patrones de Consumo

   Es crucial reflexionar críticamente sobre cómo los sistemas de mercado y las estrategias de marketing promueven el consumo excesivo y las compras impulsivas. Identificar estos patrones permite a los consumidores tomar decisiones más conscientes y planificadas, reduciendo el desperdicio desde su origen. Este enfoque es esencial para transformar los modelos de consumo, tal como lo exige el ODS 12.

6. Establecimiento de Objetivos y Políticas Públicas

   La acción individual debe ser respaldada por un marco político coherente. Exigir a los gobiernos que prioricen la sostenibilidad, la salud pública y el bienestar por encima del mero crecimiento económico es fundamental. Esta estrategia se vincula con el ODS 17 (Alianzas para lograr los Objetivos), ya que impulsa la colaboración entre la ciudadanía y el Estado para diseñar políticas públicas que aborden de forma integral el desperdicio de alimentos y promuevan un sistema alimentario justo y sostenible.

1. ¿Qué Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se abordan o están conectados con los temas destacados en el artículo?

1. ODS 2: Hambre Cero

   • El artículo se centra en el desperdicio masivo de alimentos, mencionando que “En 2022 se desperdiciaron más de 1.000 millones de comidas al día en el mundo”. Este desperdicio contrasta directamente con el objetivo de acabar con el hambre y garantizar el acceso a alimentos para todos. Reducir el desperdicio es fundamental para mejorar la seguridad alimentaria global.

2. ODS 12: Producción y Consumo Responsables

   • Este es el ODS más directamente relacionado con el artículo. El texto aborda explícitamente la necesidad de cambiar los hábitos de consumo para combatir el desperdicio de alimentos. Las “seis estrategias efectivas que podrían aplicarse desde casa” son un llamado a la acción para un consumo más consciente y sostenible por parte de los individuos.

3. ODS 13: Acción por el Clima

   • El artículo establece una conexión clara entre el desperdicio de alimentos y el cambio climático al afirmar que este problema “contribuye al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”. Las acciones para reducir el desperdicio de alimentos son, por lo tanto, una medida de mitigación del cambio climático.

2. ¿Qué metas específicas de los ODS se pueden identificar en función del contenido del artículo?

1. Meta 12.3: Reducir a la mitad el desperdicio de alimentos

   • El artículo se alinea perfectamente con esta meta, que busca “de aquí a 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores”. Todo el enfoque del texto, desde la cuantificación del problema hasta las seis estrategias propuestas para aplicar “desde casa”, está orientado a reducir el desperdicio a nivel del consumidor final.

2. Meta 2.1: Poner fin al hambre y asegurar el acceso a los alimentos

   • Aunque no se menciona explícitamente el hambre, la magnitud del desperdicio (“más de 1.000 millones de comidas al día”) implica una conexión directa con la disponibilidad de alimentos. Al reducir el desperdicio, se liberan recursos alimentarios que podrían contribuir a lograr el acceso universal a una alimentación segura y nutritiva.

3. Meta 13.2: Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales

   • La sexta estrategia propuesta en el artículo, “Objetivos”, sugiere “Solicitar a los gobiernos que prioricen metas como la salud, la sostenibilidad y el bienestar”. Esto se alinea con la Meta 13.2, ya que aboga por la integración de la sostenibilidad (que incluye la reducción del desperdicio de alimentos como medida climática) en las políticas públicas.

3. ¿Hay algún indicador de los ODS mencionado o implícito en el artículo que pueda usarse para medir el progreso hacia los objetivos identificados?

1. Indicador 12.3.1 (b): Índice de desperdicio de alimentos

   • El artículo proporciona un dato cuantitativo clave que funciona como una medición de este indicador: “En 2022 se desperdiciaron más de 1.000 millones de comidas al día en el mundo”. Esta cifra, proveniente del PNUMA, es una forma de medir el “Índice de desperdicio de alimentos” a nivel global. Además, la primera estrategia (“Visibilidad”), que sugiere usar “un recipiente separado para los desechos alimentarios”, es un método práctico para que los hogares midan y tomen conciencia de su propio desperdicio, contribuyendo a la monitorización de este indicador a microescala.

4. ODS, metas e indicadores

Fuente: nacion.com