Nuestra salud, en riesgo por la pérdida de ecosistemas y biodiversidad
Nuestra salud, en riesgo por la pérdida de ecosistemas y biodiversidad elDiario.es
Informe sobre la importancia de la biodiversidad y la conexión con la naturaleza
Introducción
Vivimos en un mundo en guerra. La primera gran batalla la libramos hace unos 50.000 años, cuando iniciamos con dramática eficacia la extinción de los grandes mamíferos. Durante décadas, los científicos han venido debatiendo a qué se debió la extinción o el veloz declive de los grandes mamíferos en los últimos cincuenta milenios. Por un lado, están los científicos que creen que las rápidas y graves fluctuaciones del clima son la principal explicación. Por ejemplo, creen que el mamut lanudo se extinguió porque la fría estepa de los mamuts desapareció en gran medida. En el lado opuesto hay un grupo de científicos que está encontrando cada vez más evidencias de que la expansión de los humanos modernos (Homo sapiens) es la principal explicación. Creen que nuestros antepasados cazaron a los animales hasta tal punto que se extinguieron por completo o quedaron gravemente diezmados. Un extenso estudio de la Universidad de Aarhus ha confirmado recientemente esta segunda explicación. El mundo tiembla una y otra vez con nuevas guerras como las derivadas de la invasión de Ucrania o Palestina, sin buscar el origen real de esta espiral de tensión geopolítica. Un origen que entronca con la limitación de recursos y con un alejamiento del mundo natural. Un origen –la crisis ambiental– que no solo nos amenaza, sino que nos entristece. Un origen, nuestra acelerada separación de la naturaleza, que nos enferma física y psíquicamente, y que se manifiesta en un largo número de desórdenes sociales, económicos y políticos que comienzan con problemas agudos o crónicos, individuales o colectivos, de salud.
La hipótesis de la biofilia
El célebre biólogo estadounidense Edward O. Wilson sostuvo durante toda su vida que las personas tenemos la necesidad innata de asociarnos al resto de seres vivos, estando de este modo intrínsecamente ligados a la naturaleza. Esta idea, conocida como la “hipótesis de la biofilia”, sugiere que los seres humanos, por mucho que hayamos artificializado nuestro entorno y modos de vida en las últimas décadas, no podemos, en el fondo, vivir de espaldas a los ecosistemas, pues somos biodiversidad y dependemos de ella.
Contribuciones de la biodiversidad a la calidad de vida
La biodiversidad contribuye a la calidad de vida de las personas de múltiples maneras. No solo nos suministra los alimentos que necesitamos para vivir, innumerables medicinas naturales que mejoran nuestra salud y esperanza de vida, y muchas materias primas esenciales en nuestro día a día como la madera, el papel, la lana o el algodón, sino que también participa indirectamente en numerosos procesos que son fundamentales para nuestra salud y bienestar, como el secuestro de carbono (primordial para la regulación climática), la purificación del aire, la depuración del agua, el control de la erosión, la regulación de inundaciones, la fertilidad de los suelos, el control de plagas y enfermedades, o la polinización (vital para la agricultura). Asimismo, la biodiversidad es fuente de bienestar psicológico y emocional a través de las diversas contribuciones intangibles que proporciona a las personas mediante, por ejemplo, la contemplación y el disfrute estético de los paisajes, la relación con otras especies, o los sentimientos de paz emocional, tranquilidad y relajación que produce en general interactuar con la naturaleza.
Efectos positivos de la conexión con la naturaleza en la salud y el bienestar
A día de hoy existe una amplia y creciente bibliografía que muestra cómo observar y relacionarse con los ecosistemas y la biodiversidad de forma frecuente tiene efectos beneficiosos y medibles sobre la salud y el bienestar de las personas, asociándose –entre otras cosas– a una menor incidencia de trastornos mentales como la ansiedad, la depresión, el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la esquizofrenia, la anorexia o el abuso de drogas, así como a efectos positivos en la curación, la frecuencia cardíaca, la presión arterial, los niveles de estrés, la calidad del sueño, la autoestima, el estado de ánimo y los comportamientos prosociales. Algo que toma forma en una medicina natural basada en lo salvaje y en un estilo de vida en conexión con el medio ambiente que desarrollan métodos creativos para promover la salud. Este enfoque se apoya en la idea de que la naturaleza es medicina y puede utilizarse como tal para fomentar el vigor y la vitalidad de numerosos pacientes.
Beneficios de la naturaleza en diferentes aspectos de la vida humana
Desde mediados de la década de los 80, y gracias al clásico trabajo de Roger S. Ulrich, sabemos que contemplar la naturaleza, aunque sea desde una ventana, mejora la tasa de recuperación de pacientes que han sido sometidos a una cirugía. También existen trabajos que han detectado conexiones entre las áreas verdes y la reducción de los nacimientos prematuros y de los neonatos de bajo peso. Incluso se ha descubierto que la tasa de mortalidad por accidentes cerebrovasculares tiende a ser menor entre aquellas personas que viven más cerca de espacios verdes.
El acceso a entornos naturales se ha relacionado también a una menor tasa de obesidad y a un menor riesgo de padecer diabetes tipo 2, además de a una reducción de los dolores de cabeza. Asimismo, son varios los estudios
1. Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordados en el artículo:
- Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
- Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
- Objetivo 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
- Objetivo 15: Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad.
2. Metas específicas de los ODS identificadas en el artículo:
- Meta 3.4: Reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar.
- Meta 11.7: Proporcionar acceso universal a espacios verdes y públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad.
- Meta 13.3: Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional sobre mitigación del cambio climático, adaptación, reducción de impacto y alerta temprana.
- Meta 15.1: Garantizar la conservación, restauración y uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce y sus servicios, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas, en línea con las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos internacionales.
3. Indicadores de los ODS mencionados en el artículo:
- Indicador 3.4.1: Tasa de mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles.
- Indicador 11.7.1: Porcentaje de la población que vive a menos de 500 metros de un espacio verde público accesible.
- Indicador 13.3.1: Número de países que han integrado medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en sus políticas, estrategias y planes nacionales.
- Indicador 15.1.1: Superficie forestal como proporción de la superficie terrestre total.
4. Tabla de ODS, metas e indicadores:
ODS | Metas | Indicadores |
---|---|---|
Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. | Meta 3.4: Reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar. | Indicador 3.4.1: Tasa de mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles. |
Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. | Meta 11.7: Proporcionar acceso universal a espacios verdes y públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad. | Indicador 11.7.1: Porcentaje de la población que vive a menos de 500 metros de un espacio verde público accesible. |
Objetivo 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. | Meta 13.3: Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional sobre mitigación del cambio climático, adaptación, reducción de impacto y alerta temprana. | Indicador 13.3.1: Número de países que han integrado medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en sus políticas, estrategias y planes nacionales. |
Objetivo 15: Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad. | Meta 15.1: Garantizar la conservación, restauración y uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce y sus servicios, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas, en línea con las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos internacionales. | Indicador 15.1.1: Superficie forestal como proporción de la superficie terrestre total. |
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Fuente: eldiario.es
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