EL PUNTO AZUL PÁLIDO: UNA CRISIS AMBIENTAL EN PROCESO

El siguiente artículo se enfocará en el cambio climático, los fenómenos que este acarrea, las consecuencias de la negligencia y falta de atención estatal a nivel global frente a la crisis climática, con intención de visibilizar la vital importancia de proteger el ambiente y el planeta, además de resaltar las medidas necesarias para mitigar sus efectos negativos a mediano y largo plazo.

EL PUNTO AZUL PÁLIDO: UNA CRISIS AMBIENTAL EN PROCESO

Nuestro planeta, la Tierra, ese punto azul pálido, como lo llamaba cariñosamente el famoso astrónomo y divulgador científico Carl Sagan. El punto azul pálido que nos hospeda, y que cada día se encuentra más al borde de la desaparición debido a la irresponsabilidad de la sociedad y de los gobiernos. La contaminación, la industralización desmedida, y las emisiones de gases causantes del efecto invernadero tienen consecuencias irreversibles a largo plazo, que afectan la sostenibilidad de nuestra vida en este punto azul pálido. Mucho tiempo atrás, en los 70s, Jimmy Carter, expresidente de los Estados Unidos, mantenía una fuerte agenda climática, pasando proyectos que expandían las áreas no comerciales de Alaska en más de 100 millones de acres, designándolas como áreas protegidas, y proyectos como el SMCRA, que regularía la producción de contaminación por explotación de carbón y minería del carbón, o el Superfund, un programa federal que se dedicaba a la limpieza y el cuidado de sitios industriales con materiales potencialmente peligrosos. Carter fue pionero en muchas cosas, incluyendo el enfoque en derechos humanos durante su administración, educación, diversidad, y ambiente. Sin embargo, el líder más importante del activismo medioambiental dentro de la política es el exvicepresidente Al Gore, muy conocido por su película documental titulada Una verdad incómoda, en la cuál se aborda el cambio climático desde la perspectiva de la bien llamada crisis climática. En ella, Al Gore urge a la humanidad el abordar el cambio climático como una cuestión no meramente política, no simplemente enfocada a un gobierno o una campaña presidencial como la suya en el año 2000, sino como una responsabilidad moral y colectiva de todos y cada uno de nosotros para asegurar nuestra coexistencia en el planeta.

La catástrofe climática, como la llama el naturalista David Attenborough, compromete seriamente nuestras vidas. En el año 1992, un grupo de científicos de gran renombre, entre los cuales se encontraban personajes como Linus Pauling, Stephen Hawking, Lynn Margulis, Glenn Seaborg, y el ya mencionado Carl Sagan, todos ellos liderados por el físico y ganador del Premio Nobel de Física en 1990, Henry Way Kendall, publicaron la Advertencia de científicos del mundo a la humanidad, un documento en el cuál se enunciaba que los seres humanos y el mundo natural estaban en un camino de colisión, y listaban ciertas acciones que ayudarían a cambiar el curso de colisión en el que se encontraban. Dentro de estas acciones se encontraban reducir las actividades destructivas en las cuales se amenazaba la integridad de nuestro planeta, como la deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero, también se mencionaba el uso responsable de recursos, el reciclaje, el ahorro de energía y agua, las energías renovables, los derechos humanos, los derechos reproductivos de las mujeres, para cambiar la forma en la que nos comportamos y la responsabilidad que tenemos como residentes del Planeta Tierra para proteger el ambiente y nuestro mundo (Kendall, Henry W. 1992). Los años pasaron, y este documento fue olvidado por las personas del común. No importa cuantos científicos laureados por el Instituto Nobel lo ratificaran, lo apoyaran o lo firmaran, no era suficiente para llamar la atención de millones de personas, ignorantes frente a una amenaza invisible pero muy peligroaa. La industria y la ambición de los gobernantes se interpusieron en la vía de este corto pero impactante tratado, que ponía en peligro la explotación y el aprovechamiento desmedido de los recursos que nos da nuestro hermoso planeta. Estamos en una situación crítica, en la cual ya estamos sintiendo los efectos del calentamiento global.

Se estima que la temperatura del planeta ha aumentado en un 1.2°C, que, en papel, parece poco, pero, sin embargo, es extremadamente significativo. El derretimiento de los polos y de la gran capa de hielo de Groenlandia, el agravamiento de las tormentas y tifones tropicales, el aumento del nivel del mar, junto a la acidificación de nuestros océanos son consecuencias catastróficas que vienen por un cambio “mínimo” en la temperatura de nuestro hogar (Resumen técnico, IPCC. 2021). El blanqueamiento de las Barreras de Coral en Australia, uno de los efectos más conocidos del cambio climático, es un ejemplo claro de la acidificación creciente del agua de nuestro planeta. Y este no es el único efecto causado por la emergencia climática en el país oceánico. Los trágicos incendios forestales de Australia en 2019 y 2020, que devastaron más de 24 millones de hectáreas están directamente relacionados con la crisis climática que vivimos en nuestro planeta. Múltiples especies están en peligro crítico de extinción, como por ejemplo el delfín de río (Inia geoffrensis), debido a la contaminación y la polución de los sistemas fluviales, que no solo afectan a los delfines sino también a nosotros. En Bangladesh, la calidad del agua por la contaminación y las fábricas es tan pobre, que el agua potable es un privilegio absoluto. Se estima que más de 40 millones de personas en Bangladesh están expuestas a agua contaminada con arsénico y demás sustancias venenosas. El hermoso koala (Phascolarctos cinereus), un animal querido por todo el mundo, está al borde de la extinción debido a la destrucción de su hábitat por la emergencia climática y por la acción del hombre (agricultura, crecimiento urbano desmedido), o el panda rojo (Ailurus fungens), que cada día ve como su hábitat, los bosques templados de Asia, se ven afectados por la ambición desmedida que se convierte en deforestación y quema de árboles.

En 2017, 15,364 científicos de varios países del mundo, entre los que se incluyen nombres como David Suzuki, Thomas Newsome y Mauro Galetti, se unieron para crear un documento que continuaría el esfuerzo iniciado por el doctor Kendall en 1992. El profesor William J. Ripple, uno de los autores más citados y respetados dentro del mundo de la investigación medioambiental lideró este proyecto, que aún sigue activo y actualizándose constantemente. En este documento, los más de 15000 científicos firmantes señalan como propuestas la creación de muchas más reservas y parques nacionales que protejan a nuestros ecosistemas terrestres, acuáticos y aéreos, poner un alto al crecimiento desmedido de los núcleos urbanos que pongan en peligro ecosistemas vulnerables y autóctonos, restaurar y reforestar bosques y áreas enteras destruidas por la rápida industrialización, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero que pueden llegar a causar un desastre global si la temperatura sigue aumentando, reducir el consumo de gases y combustibles fósiles, y demás recomendaciones que ayudarán a prevenir la proliferación de los efectos causados por nuestra propia mano, que desencadenarán un agravio de la crisis climática (Ripple, William J. 2017).

Nuestros gobiernos deben actuar, deben comprometerse a reducir su huella de carbono. Reducir las emisiones globales de carbono a la mitad para 2030 es fundamental para evitar que la temperatura de nuestro planeta llegue a un incremento catastrófico de 2.7°C para el 2100. Los Acuerdos de París del 2015 comprometían a las naciones firmantes a reducir sus emisiones de carbono para mitigar el cambio climático, pero sin embargo, este objetivo se ve cada vez más lejano debido a la irresponsabilidad y la inefectividad de las naciones para trabajar en la reducción de los gases invernadero. Se estima que se debe hacer una reducción mucho mayor, aproximadamente del 80% frente a las reducciones actuales, para cumplir con las cuotas pautadas por estos acuerdos (Liu, Peiran R. Raftery, Adrian R. Country-based rate of emissions reductions should increase by 80% beyond nationally determined contributions to meet the 2 °C target. 2021). El cambio climático se interpone frente a un pilar fundamental del desarrollo sostenible, como lo es el cuidado del medio ambiente, ya que el desarrollo sostenible gira alrededor de una coexistencia pacífica entre sociedades y con nuestro mundo, que nos garantice una integridad y seguridad frente a las condiciones de vida de todos, desde los billonarios magnates, hasta los más desfavorecidoa

Combatir el cambio climático no es una cuestión política, es una cuestión de decencia. Es una cuestión de sentido común. No son ambiciones políticas ni intereses externos, no es una elección. Es nuestro planeta. Es nuestra vida. Es cuidar a nuestro punto azul pálido.