Los ecosistemas terrestres se desvanecen

El presente documento tiene como fin presentar y describir una situación más que relevante para la humanidad y para todos los seres que habitan el planeta en general. El núcleo del artículo será el objetivo de desarrollo sostenible #15, cuyo tema son principalmente las amenazas a la vida de los ecosistemas terrestres. En este sentido, se explicarán un poco las causas, los problemas más notables que se han venido presentando y las consecuencias de estos. El objetivo del texto, no es otro que generar consciencia en los lectores, para que así cada uno pueda tomar el asunto en sus manos, reflexionar sobre lo que se ha hecho mal y de forma egoísta y reparar los daños causados, pues aún estamos a tiempo.

Los ecosistemas terrestres se desvanecen

Para nadie es un secreto que la vida en los ecosistemas terrestres del planeta se ha ido deteriorando, las especies se extinguen a velocidades inimaginables, los hábitats cada vez son menos aptos para quienes allí viven, los bosques poco a poco van perdiendo su color y el ser humano a pesar que dice estar interesado, no toma el asunto en sus manos, no busca soluciones ni mucho menos iniciativas que ayuden a mitigar los daños que sus actividades causan. No obstante, es imperativo un cambio; en concordancia con el objetivo de desarrollo sostenible N°15, es necesario abordar las amenazas a las que se enfrentan las especies silvestres y los ecosistemas y esto es, nada más y nada menos que una tarea para quienes han generado todo el daño.

Los humanos tienen un grave problema, y es que todas sus decisiones y posteriores acciones se toman desde la inmediatez. Son contadas las veces que se cuestiona: ¿qué consecuencias tendrá lo que se haga en 5 o 10 años? Y esto, no sólo aplica a decisiones del día a día, sino a las que generan un mayor impacto como se tratará más adelante. Actualmente, el planeta se encuentra próximo a atravesar la sexta extinción masiva, lo que generará una pérdida global de biodiversidad sin precedentes. Sin embargo, lo más preocupante de todo el asunto, es que en toda la historia del planeta es la primera vez que el humano es la causa directa.

Actividades económicas entre las que se encuentra: la industria ganadera, agrícola y urbana, a pesar de generar muchos ingresos y representar una parte importante de la economía de los países, son la causa principal de la pérdida de hábitats, ya que al transformar los ecosistemas según sea la necesidad, lo que se logra es deteriorar la estructura, composición y función de estos, pues como ya se mencionó solo importa el ahora, pero la preocupación por lo que tendrán que enfrentar generaciones futuras o incluso las actuales es mínima. En cuanto a la ganadería, se sabe que las selvas o bosques son reemplazadas por potreros; los pastizales se reemplazan por campos de cultivo y en ocasiones se altera la flora del lugar buscando alimentar al ganado.

En línea con lo anterior, es preciso mencionar otro grave problema y es la contaminación que estas actividades ocasionan. La producción de contaminantes, genera un incremento significativo en la concentración de gases conocidos como gases de efecto invernadero, que debilitan la capa de ozono, provocando así, el calentamiento global y con este, el cambio climático. Aunque la tierra atraviesa estos ciclos de manera natural, nos hemos encargado de acelerarlos con actividades como la deforestación, aumento demográfico desproporcionado, quema de combustibles y demás. Este fenómeno, tiene como consecuencia el derretimiento de los glaciares, muerte y extinción de especies, aumento de sequias y con esta última, los incendios.

Es mucho más sencillo creer que los medios están exagerando, que los ambientalistas solo quieren atención o simplemente están llevando las cosas a un extremo y nada es tan malo como parece. No obstante, es únicamente una evasión de la realidad, porque por desgracia así es como la mente de los humanos funciona, hacerse los de la vista gorda con las cosas que no les conviene. Es claro que hay consciencia del daño causado y del mismo modo, hay consciencia de que no se está haciendo nada por remediarlo, antes de llegar a un punto de no retorno.

Desafortunadamente, está más que claro hasta dónde puede llegar el egoísmo y la avaricia del ser humano con tal de verse beneficiado de algún modo. En lugar de demostrar por qué se supone que es el ser racional, no hace más que actuar sin ser empático y preocuparse por el resto de vida a su alrededor. El planeta es propiedad de todos los que en él habitan, no solo del ser humano, así que de aquí en adelante solo queda reflexionar sobre lo que se ha venido haciendo y ver si aún se está a tiempo de corregir estas acciones para lograr recuperar todo lo que se ha destruido a lo largo de los años.

La cruda realidad, es que el panorama no se ve muy alentador para el planeta tierra. Al ritmo que va, no queda mucho para que todo lo que está vivo empiece a desaparecer. Precisamente por ello, es trascendental incentivar un cambio en la mentalidad de cada individuo, de modo que, posteriormente sea un cambio a nivel colectivo y de sociedad, donde cada persona empiece a preocuparse de forma real por sus actos, con el fin de dar fin a estas amenazas que fueron mencionadas previamente. Pues, según las Naciones Unidas, es esencial detener y de ser posible revertir la degradación de los ecosistemas y así restaurar la relación de los humanos con la naturaleza.