Repensar la educación de calidad

Vivimos en un mundo hostil, la inconsciencia del ser humano con respecto a su entorno nos ha llevado a un punto de no retorno ambiental. La falta de enseñanza en valores ha producido guerras, crímenes, corrupción y violencia. En este orden de ideas, encontramos la educación como un instrumento, que de primera mano guía al ser humano en todo su proceso de desarrollo como hombre en sociedad. Por esta razón, se materializa la falla de los sistemas de enseñanza en la actualidad; éstos dejan a la deriva la educación para la vida y sus repercusiones se reflejan en el instante en el que el hombre entra en su espectro social y se encuentra con su realidad.

Con relación con la problemática expuesta, el verdadero propósito que plantea el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 es que todas las personas del mundo tengan acceso a una educación de calidad. No obstante, el sentido de la frase “educación de calidad” debe repensarse. La verdadera calidad se materializa en brindar la formación de personas en el ámbito de los valores, inteligencia emocional, economía y conciencia ambiental. De esta forma es que se logra un verdadero avance social.

Si se materializa un eficaz acceso a la educación y en este proceso educativo se educó para la vida, estaremos formando un ciudadano capaz de enfocar todos sus conocimientos (en matemáticas, historia, ciencia, entre otros) en hacer un bien social y pensar en comunidad. 

Es en este punto donde el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 sobre la educación de calidad cobra sentido.